*Información para conductores
El Grupo de Redes de Computadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) ha desarrollado una nueva versión de la aplicación Driving Styles (creada a finales de 2012). Con esta App se puede recibir en tiempo real una alerta ante cualquier patrón de conducción agresiva, conocer el consumo de combustible y los niveles de CO2 emitidos, el coste de un determinado trayecto con nuestro coche; y, además, puede advertir qué zonas de la ciudad generan en el conductor mayor estrés al volante.

Mediante un dispositivo Bluetooth, la App Driving Styles recopila información obtenida en la Unidad de Control Electrónica del vehículo -velocidad, consumo, revoluciones del motor, aceleraciones,…- y la envía de manera instantánea al telefóno móvil del usuario. Además, en la nueva versión se ha incorporado el uso de bandas de frecuencia cardiaca (medidores del pulso del conductor) y relojes inteligentes.
Esta App obtiene en tiempo real los datos provenientes del vehículo y los almacena, cada segundo, junto con la ubicación actual y el instante en que se ha tomado la muestra. Paralelamente, el smartphone procesa los datos, para analizar el patrón de conducción y los clasifica en tres categorías: tranquila, normal o agresiva. Si detecta un patrón de agresividad, se envía un alerta sobre su modo de conducción e, incluso, una alarma al móvil.
Esta App se completa con una página web en la que se puede consultar toda la información sobre sus trayectos, con datos detallados y gráficas de las aceleraciones, velocidades y mapas de las rutas realizadas. Así como un análisis individualizado de su comportamiento al volante, consumos,.. Toda la información aquí
Fte: DGT


conductores y peatones no se atropellen unos a otros. En el norte de Holanda, en Frisia (640.000 habitantes), existen ciudades así. Esta filosofía está denominada ‘Espacio compartido’ (Shared Space) e ideada por el experto en tráfico holandés Hans Monderman y se llevó a la práctica en cinco países de la Unión Europea entre 2003 y 2008.
público fuerza a la gente a ser social y el contacto visual es parte de ese comportamiento social de las personas. Se puede comprobar en el centro de la ciudad de Drachten (50.000 habitantes), en una transitada glorieta a donde los usuarios llegan, se miran y pasan ordenadamente. Sin señales que les otorgaran el paso. “Ahora es un lugar agradable, más seguro y con más capacidad. Los semáforos eran el problema”, señalaba Monderman paseando orgullosamente por ‘su creación’.




