*Información para conductores.  

  Las primeras gotas de lluvia, mezcladas con el polvo en suspensión y la grasa y barrillo de la calzada, hacen el firme muy deslizante.

    Cuando la calzada está mojada los neumáticos no se adhieren suficientemente al pavimento, por lo que aumenta la distancia de frenado, que puede llegar a duplicarse, y puede producirse derrape.

    Otro enemigo de la adherencia es el aquaplaning. Se produce cuando las ranuras de los neumáticos no son capaces de evacuar la capa de agua que se encuentra sobre la calzada, formándose entonces una película de agua entre el pavimento y la rueda, haciendo que el vehículo se vaya deslizando sobre el agua («planea sobre el agua») sin que obedezca al conductor ni en la dirección, ni en la aceleración, ni en la frenada, con el consiguiente peligro de accidente.

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¿Qué remedios podemos adoptar para contrarrestar la falta de adherencia?

  1. Reducir la velocidad.
  2. Conservar en buen estado la banda de rodamiento de los neumáticos.
  3. Aumentar la distancia de seguridad.
  4. Frenar con suavidad para evitar el riesgo de derrapar.

Fte: ASECEMP