*Información para conductores.

Los coches pequeños modernos consiguen buenos consumos por sus características de bajo peso y dimensiones y por las nuevas tecnologías en los motores, como la reducción del número de cilindros o los sistemas de parada y rearranque automático. En algunos vehículos urbanos del segmento A y prácticamente en todos los utilitarios del segmento B, se ofrecen motores de combustible gasolina y diésel. Saber cuál elegir dependerá de las necesidades de cada cliente, pero podemos ayudar con algunos consejos para acertar.

Los beneficios del combustible diésel parecen obvios, ya que cuesta menos dinero llenar un depósito de diésel y se pasa menos por las estaciones de servicio. Pero hay que tener en cuenta que las motorizaciones diésel suelen ser más caras porque cuentan con sistemas más avanzados de admisión y escape para reducir las emisiones. Además, son ligeramente más caros en los mantenimientos. Por lo tanto, hay que tener en cuenta cuántos kilómetros se van a hacer al año y calcular aproximadamente cuánto se tardará en amortizar el mayor precio de adquisición.

En principio, el motor diésel es recomendable para los conductores que vayan a realizar muchos viajes largos en carretera y autopista –que es donde se aprovecha más el bajo consumo del diésel- y muchos kilómetros al año –para amortizar pronto el mayor importe de adquisición-. Para el resto de conductores un motor de gasolina es más aconsejable porque el consumo no será muy alto en conducción tranquila debido al tamaño y bajo peso del coche, siempre que el motor sea moderno; el motor de gasolina es más vivo y encaja mejor con un coche pequeño que debe ser ágil en el tráfico, y el precio de adquisición es más barato. Además hay otras ventajas de la gasolina, como es el menor ruido y vibraciones, así como la mayor limpieza al repostar.

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