*Información para conductores.

Las enfermedades psíquicas tienen cada vez más auge en nuestra sociedad, sin distinción alguna, por lo que se están convirtiendo en una auténtica epidemia. El estrés y la depresión afectan cada vez más a la población española, y sin lugar a duda son enfermedades que tienen su incidencia en aquellos que son conductores.  

La práctica de la conducción requiere una gran concentración y este tipo de enfermedades disminuye considerablemente la capacidad del conductor para concentrarse en los estímulos externos imprescindibles para una conducción segura.

Dentro de las enfermedades anteriormente descritas, la depresión es una de ellas que se caracteriza por una disminución manifiesta del tono vital y por una apariencia de tristeza. La pérdida de apetito, de peso, insomnio, retardo psicomotriz, disminución sexual, falta de concentración, ansiedad, etc, son algunas de las características de este tipo de enfermedad. Alguno de los síntomas tienen un efecto directo e inmediato con la actividad de conducir, como pueden ser la disminución en la atención, la tendencia al suicidio, las alteraciones en el sueño, el aumento de ansiedad y la irritabilidad, el aumento de la fatiga o la merma en la capacidad de decisión y alteraciones sensoriales.

Si se tiene depresión y se es conductor habitual se debe acudir a un especialista de forma que se determine el tipo de depresión y la terapia a seguir. Si está bajo los efectos de alguna terapia farmacológica debe tenerse en cuenta que estos fármacos pueden producir alteraciones que afecten directamente a la conducción.

Clasificación de tipos de accidentes en las que afectan factores psicológicos

  • Conducción irresponsable: Niños en el asiento delantero, furgonetas con mercancías, hablar en la conducción, fumar, ingerir drogas, alcohol o fármacos en la conducción, etc.
  • Conducción agresiva: Hacer carreras en las vías públicas, cambios bruscos en la velocidad, adelantar sin mantener distancias, etc.
  • Conducción descortés: No indicar debidamente los giros, detenciones, adelantamientos, no dar luces durante la noche, etc.
  • Posición incorrecta: circular por carril inadecuado, no ceder el paso, no atender a las señales, etc.
  • Conducción entorpecedora: Conductores que van de paseo, conductores lentos que no dan paso, atascos de tráfico, etc.
  • Conducción autosuficiente: No dar preferencia de paso, vehículos rápidos, etc.
  • Conducción con visibilidad restringida: Conducción tras ingerir fármacos o drogas, escasa visibilidad en la carretera debido a la lluvia o niebla, adelantamientos en cambios de rasante, etc.
  • Conducción descuidada: Cerrar el paso y dificultar maniobras, no hacer uso de espejos retrovisores.
  • Agresividad en la conducción: la agresividad en la conducción es uno de los factores por los cuales se producen más accidentes de tráfico. Un indicador muy común son los toque de claxon, gestos y comentarios exagerados. Estas manifestaciones agresivas las muestran todo tipo de conductores y no sólo aquellos con especiales rasgos agresivos.

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