*Información para conductores

Las carreteras convencionales, o secundarias, son las que, por lo general, disponen de un solo carril de circulación en cada sentido sin separación física entre ambos sentidos. España cuenta con 149.579 kilómetros de vías convencionales –el 87% de los kilómetros de nuestras vías interurbanas–, donde cada año mueren 900 personas por accidentes de tráfico. Algunas razones de esta trágica cifra hacen referencia a la estructura de la vía: intersecciones, trazados antiguos, numerosos accesos, incorporaciones al mismo nivel, tramos montañosos, curvas, necesidad de invadir el sentido contrario para adelantar, con el consiguiente riesgo de choque frontal. De hecho, dos de cada diez accidentes ocurridos en carreteras convencionales son colisiones frontales. También se producen riesgos por salidas de la vía (4 de cada 10 accidentes), por curvas cerradas, poca visibilidad o, incluso, tras estos años de crisis, por el estado de algunos tramos… Pero no hay que olvidar que muchas veces son vías con poco tránsito de vehículos, donde los conductores que las utilizan presumen de conocerlas como la palma de su mano. Prueba de ello es que las campañas de control de velocidad señalan que se circula por encima de los límites permitidos.

La última campaña de control de velocidad en vías convencionales, realizada a finales de octubre, detectó en una semana a 16.564 conductores que incumplían los límites de velocidad en las  secundarias. ¡Diez veces más que los denunciados por dar positivo en drogas o utilizar el móvil mientras conducían! Incluso diferentes estudios han determinado que el 39% de los vehículos que circulan por secundarias superan los límites establecidos y que un 13% los superaba en 20 km/h.

Este tipo de vías tienen un Índice de Peligrosidad (16,6) que dobla el de las autovías (8,1) y autopistas (8,1) y supera en cinco puntos al de las carreteras desdobladas (11,4). Pero es que su Índice de Letalidad (2,6) –el riesgo de que suceda una muerte una vez ocurrido un accidente– supera en un punto al de las autovías (1,6) y autopistas (1.7). De hecho, mientras en secundarias murieron, en 2014, 957 personas, en las autovías solo fallecieron 226.

Además también se vigilará el uso del cinturon y el móvil.

Fte:DGT

*Información para conductores

Todavía hay gente que no acepta dejar el volante de su coche a uno de sus acompañantes si está en mejores condiciones de conducir, y la mayoría de las veces hemos llegado a leves enfrentamientos para que nos cedan el volante.

Para evitar enfrentamientos,  se han elaborado cinco ideas para conseguir que con un poco de humor nos dejen el volante si crees que es necesario.

Sutil obligación

Esta técnica requiere un timing perfecto. Primero es preciso detectar los síntomas, como bostezos repetidos, ojos que se cierran más tiempo de lo normal cuando parpadea, reflejos más lentos, mayor distracción, etc. Si esos signos ya son visibles, el conductor está, como mínimo cansado, y debería parar a descansar un rato. Probablemente, no quiera, y es cuando hay que decirle de con un tono firme pero amigable: “Estás de acuerdo que ahora es mejor que conduzca yo”.

El falso pretexto

La idea aquí es obligarle a parar. Cada cierto tiempo vas soltando un “no me encuentro bien“. Luego vas aumentado el intervalo y la intensidad: “De verdad, que no me encuentro bien”. El conductor tendrá el mismo apego a la tapicería de su coche que al hecho de conducir. Entonces llegará el momento en el que empezará a preocuparse de verdad por la integridad de la tapicería de su coche, es el momento de decirle que uno se marea si no conduce. Simple y eficaz. (Este lo he probado personalmente y funciona).

El cansino

Esta táctica consiste en ponerse pesado, pero sin estresar al conductor (que ya va cansado, por ejemplo, y no es plan de aumentar los riesgos). De vez en cuando se le preguntará: “has visto el coche tal?” Obviamente, el coche no existe y a la negativa se recalcará el hecho de que no lo ha visto. “¡Pero cómo no pudiste verlo, si estaba al lado nuestro!” También, se puede alternar con un “esto ya no es serio, deja que me baje“. Es la solución que menos me gusta, pero puede ser eficaz.

La cruda realidad

Es un técnica simple que funciona con familiares o pareja. Aquí, el fin justifica los medios. En el caso de la pareja, se trata de un ataque frontal, con firmeza y sin alzar la voz para que sea más efectivo: “Seamos sinceros, no estás en condiciones de conducir. Es evidente. Así que me dejas el volante o te dejo yo. Y lo haré el día de tu cumpleaños, vía WhatsApp y por supuesto te bloquearé en el Facebook”. Si es un familiar, puedes optar por variantes de toda clase en función de la edad e intimidad con el conductor: “O me dejas el volante o cuelgo en la red fotos tuyas mientras haces la siesta con tus peluches.” Es cuestión de echarle imaginación y humor.

El choque emocional

Se trata de sacar un tema de tal magnitud que el conductor deberá parar cuanto antes para hablar de ello. Si eres mujer, dile que antes te llamabas Roberto y si eres hombre, que antes eras Vanessa. Según el grado de intimidad con el conductor, también le puedes soltar cual bomba que “fulanito” del trabajo engaña a su pareja con “menganita”. Los líos en los lugares de trabajo siempre llaman mucho la atención…

Bonus track: ¿Qué hacer si es tu jefe quien no quiere soltar el volante?

Terminais de comer con unos clientes y tu jefe no ha podido evitarlo, el Albariño estaba de vicio. Cómo le vas a decir que no puede conducir sin que se sienta ofendido. Envía un mensaje a un colega de la oficina para que llame a vuestro jefe al móvil antes de que se suba al coche con la esxcusa de hablarle de un dossier importante. Te pondrás al volante, pues su atención estará centrada en ese dossier que no puede esperar. Si no cuela o no puede ser, aplica el método 2 adaptándolo a la situación.

Hay miles de maneras de que un conductor nos deje el volante, pero casi siempre los mejores resultados se obtienen con humor. Estas son sólo algunas ideas propuestas por la Sécurité Routière francesa en una campaña de sensibilización. Y si ves que realmente no hay manera, quizá sea el momento de no dejarlo conducirlo “por las malas” o directamente de no subirse al coche con él.

Fte: Circula Seguro

*Información para conductores

La velocidad de circulación es uno de los factores claves en la seguridad vial, pues el exceso de velocidad está directamente relacionado con las lesiones producidas en caso de accidente y, además, suelen ser un factor desencadenante de muchos de ellos. Los límites de velocidad en carretera se establecen para permitir una movilidad eficiente del tráfico, pero dentro de unas condiciones de seguridad, dadas las características del entorno de circulación. Con el fin de ayudar al conductor a no cometer excesos de velocidad, los fabricantes han ideado diferentes soluciones técnicas que se describen a continuación.

Los sistemas de limitación de la velocidad en turismos pueden integrar las siguientes funciones, dependiendo del nivel de información y asistencia proporcionado por el sistema:

  • Función de notificación del límite de velocidad (informativo). Este tipo de sistemas simplemente informa al conductor de la velocidad límite de la vía en cada instante, a través de una indicación dentro de su campo directo de visión.
  • Función de apoyo voluntario a la velocidad programada. El sistema informa al conductor cuando el vehículo supera la velocidad que se ha establecido como límite, recibiéndose entonces un aviso.
  • Función de limitación velocidad (apoyo obligatorio). En estos sistemas, el dispositivo reconoce el límite de velocidad de la vía, alcanzado el cual se impide sobrepasarlo mediante el corte de la inyección y en ningún caso puede desactivarse.

Los sistemas que toman como velocidad de referencia el límite de la vía se denominan sistemas ISA (Intelligent Speed Adaptation) o de ayuda a la velocidad inteligente, mientras que los que toman como referencia una velocidad introducida manualmente por el conductor o establecida por el fabricante se denominan sistemas de gestión de velocidad punta. En éste último caso, dicha velocidad puede ser superior al límite del tramo, con lo que su utilidad para la mejora de la seguridad vial queda en entredicho.

Actualmente, los sistemas ISA están siendo estudiados por la Comisión Europea para su posible implantación obligatoria, en especial el denominado de apoyo voluntario.

Fte: DGT

*Información para conductores

Desde ayer lunes, la Dirección General de Tráfico pone en marcha una campaña especial de vigilancia y concienciación sobre el riesgo que supone el consumo de sustancias psicoactivas y la conducción, en una época del año en el que el consumo de alcohol y de otras drogas aumenta debido a las comidas y cenas navideñas.

Durante esta semana, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC) intensificarán los controles sobre este factor de riesgo causante de casi un tercio de los accidentes mortales. Para ello, se establecerán diferentes  puntos de control en todo tipo de carreteras y a cualquier hora del día, donde se realizarán más de 25.000 pruebas diarias de alcoholemia y drogas a los conductores que circulen por ellas.

Se pondrá especial énfasis en los colectivos policonsumidores,  aquellos conductores que se ponen al volante y que consumen habitualmente alcohol y/o drogas.

Con el objetivo que la campaña se generalice también en las vías urbanas, Tráfico ha invitado a los ayuntamientos de más de 25.000 habitantes para que se sumen a la campaña, con el establecimiento de controles en sus respectivos cascos urbanos.

Con este tipo de campaña se quiere crear una mayor concienciación entre los conductores de que no solamente el alcohol y la conducción es un binomio peligroso, sino que también las drogas y la conducción son en numerosas ocasiones sinónimas de muerte.

El último estudio de prevalencia de consumo de sustancias psicoactivas elaborado por la DGT durante el año 2013 concluye que conducir después de haber consumido sustancias psicoactivas es un hecho frecuente en España, alcanzando a doce de cada cien conductores.

Esta estadística tienen su reflejo en el día a día, donde más de 84.000 conductores, en los que va de año, han dado positivo en los controles de alcohol y drogas que los agentes de la ATGC han realizado en vías interurbanas. A estas cifras hay  que sumar la de los controles que realizan las distintas policías locales y autonómicas en su ámbito de actuación.

Fte:dgt

Información  para conductores

Cuando una vía se estrecha y es imposible –o muy difícil– que dos vehículos pasen a la vez, las normas ‘señalan’ qué conductor va primero y cuál debe esperar.

Imaginemos. Delante de usted la carretera se estrecha, en un puente, por donde solo pasa un vehículo. Reduce la velocidad –importante– y observa que otro conductor, circulando en sentido contrario, ya lo está cruzando. El caso es sencillo: él llegó primero y tiene la prioridad de paso. Usted debe detenerse para permitirle salir.

En cambio, si ambos llegan a la vez, las señales de prioridad dictan ‘sentencia’: la cuadrada de fondo azul se la otorga a usted; la circular, de prohibición, da preferencia al sentido contrario (vea el recuadro en la página siguiente).

Sin visibilidad. Ahora imagine que el paso estrecho es un tramo largo y en curva. No viene nadie, usted entra y, en la mitad del tramo, se encuentra a otro vehículo circulando de frente. Imposible saber quien llegó primero. Las señales verticales apuntan de nuevo al que pasa primero y al que debe dar marcha atrás.

Más difícil todavía: ¿y si se encuentran dentro del tramo estrecho, pero no hay señalización alguna? En esta –poco probable– situación, tendrán preferencia los vehículos con más dificultad para maniobrar. El orden de paso, con diez categorías de vehículos, ocupa todo el artículo 62 del Reglamento General de Circulación.

Obras y pendientes. También puede ocurrir que, por trabajos en la vía, se estreche temporalmente la calzada. En este caso, siga las indicaciones del personal que regula el paso. Si otros vehículos esperan para pasar, deténgase pegado a la derecha para no obstaculizar. Y en ausencia de personal y de señalización, compórtese como lo haría en cualquier paso estrecho.

O puede encontrarse un estrechamiento en un tramo de gran pendiente (más de 7%). Aquí, el conductor que sube siempre tiene la prioridad, pues maniobrar ascendiendo es más difícil y peligroso. Aunque, si en su ascenso tiene cerca un apartadero para quitarse de en medio, deberá hacerlo y facilitar el paso al que desciende en sentido contrario.

En cualquiera de estas situaciones, además de las normas, es siempre recomendable aplicar el sentido común y la buena voluntad de los conductores para salir del ‘aprieto’.

Fte:dgt

Información para conductores

Según algunos expertos, llevar a los niños con el abrigo puesto en el coche para protegerlos del frío puede ser una costumbre bastante peligrosa dado que loscinturones de las sillitas no se ajustan por completo al cuerpo del menor. Así, si el pequeño viaja con el abrigo puesto, en caso de sufrir un accidente o dar un frenazo brusco, puede salir disparado debido a que no está colocado con la máxima seguridad.

Para evitar esta situación, es recomendable encender la calefacción del vehículo antes de emprender la marcha con el fin de que el habitáculo tome la temperatura idónea. Después ya se puede colocar al niño en su silla sin el abrigo puesto y posteriormente, si se desea, se puede colocar por encima para que el pequeño no pase frío.

En este sentido también es muy importante comprobar la seguridad de la ropa de abrigo que lleva el menor en el coche. Sólo te llevará unos minutos y será algo crucial en la seguridad del pequeño. Para ello sólo tienes que colocar al niño en su silla con el abrigo puesto y ajustar el cinturón a las nuevas dimensiones. Después, sin tocar el cinturón, quita el abrigo y vuelve a colocar al niño en su sitio. En este último caso, si es posible introducir dos dedos o más por debajo del cinturón significará que el abrigo es demasiado grueso y puede ocasionar un peligro para tu hijo.

Por lo tanto, será mejor que no lleves a los niños con el abrigo puesto en el coche para evitar incidentes no deseados.

Fte:Motor Mapfre

*Información para conductores

Lo primero es intentar ponerlo en marcha de la forma más sencilla: girando la llave y aguantando en esa posición unos cinco segundos (nunca más de diez para evitar sobrecalentamientos). Apagamos todos los aparatos que puedan interferir en la batería. Si el coche no se enciende, esperaremos un par de minutos antes de volverlo a intentar de esta manera.

Si es porque la batería está muy fría, podremos colocar un paño caliente y seco encima de ella para que entre en temperatura y se recupere del frío.

En el caso de que nuestro coche sea antiguo (con un motor anterior a 1990 más o menos), tendremos que apretar algo el acelerador para inyectar algo de gasolina al motor y facilitar el encendido.

Si tras esto, no hemos sido capaces de arrancar el coche, nos queda una solución última, aunque algo más aparatosa: es probable que, si conseguimos deslizar nuestro coche por una pequeña cuesta hacia abajo, con la velocidad que cojamos por la inercia, podamos arrancar el coche. Para ello, una vez rodando podremos meter la segunda marcha y así el coche podría encenderse.

Fte:motor mapfre

Información para conductores

Investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad de Salamanca desarrollan un proyecto financiado por la Dirección General de Tráfico (DGT) cuyo objetivo es analizar los rasgos de personalidad relacionados con la percepción del riesgo y el control que creen tener los conductores. Estos factores pueden explicar algunos comportamientos de riesgo al volante.

Los científicos quieren identificar aquellos pensamientos y emociones que muestran los conductores con expectativas optimistas y pesimistas, y ver cómo varía el comportamiento del conductor ante situaciones fáciles o difíciles de controlar en la conducción. Los datos obtenidos pueden aportar una mayor efectividad en los cursos de reeducación vial que realizan los conductores que han perdido puntos del carné de conducir.

“En anteriores estudios realizados con conductores que han perdido puntos, hemos identificado que un significativo porcentaje de los mismos muestran un marcado perfil optimista”, explica a DiCYT Carlos Hugo Criado del Valle, profesor de la Facultad de Psicología e investigador principal de este estudio. “Confían mucho en sus habilidades, creen tener una mayor destreza y dominio del vehículo cuando conducen. Y en menor medida, dan cabida a situaciones inesperadas, debidas al azar y, por ello, fuera del control del conductor. Esto supone asumir más riesgos en la conducción, lo que les lleva a cometer más infracciones”, comenta.

Para analizar este tipo de comportamientos, los investigadores han llevado a cabo el estudio en Salamanca, en el Centro de recuperación de puntos U.E.S.A., y en Valencia, gracias al equipo liderado por Luis Montoro, catedrático del Instituto Universitario de Investigación en Tráfico y Seguridad Vial (INTRAS) de la Universidad de Valencia. De forma desinteresada, los alumnos que han acudido a dichos cursos se han prestado voluntarios para realizar las diferentes pruebas.

El diseño experimental del estudio lo ha supervisado la profesora Mª Begoña Orgaz, miembro del equipo de investigación de la USAL. Las pruebas de conducción se han realizado mediante un simulador de tráfico, en el que se han manipulado deliberadamente los escenarios de conducción, de mayor o menor dificultad.

Los resultados señalan que cuando a un optimista se enfrenta a una situación difícil y lo hace mal, no se cuestiona su capacidad de conducir, sino que atribuye el resultado a factores externos: ser la primera vez que conduce en un simulador, que no se trata de un coche real o que un ruido de fondo le ha impedido concentrarse. Estos conductores siempre creen que en una próxima vez lo harán mejor.

Por el contrario, un pesimista tiende a mostrarse inseguro y cuestiona su destreza, incluso aunque la situación a la que se enfrenta sea fácil. Además, considera que la conducción no solo depende de su actuación, sino de factores en los que influye el azar.

“Creemos que cuando los conductores muestran altos niveles de optimismo, tienden a conducir con una velocidad superior a los límites permitidos, amparándose en su destreza”, apuntan los investigadores. Además, “no renuncian a una última copa, pensando en que pueden evitar los controles de alcoholemia e incluso se pueden saltar un semáforo en rojo creyendo que pueden controlar las consecuencias negativas”.

Tras estas pruebas, los expertos piensan en posibles nuevas estrategias. Si un conductor con expectativas optimistas y alta percepción de control llegase a considerar que hay muchas variables del entorno que no están sujetas a su control personal, se fomentaría una conducción más prudente, en la que esta persona se cuestione que no solo están implicadas sus destrezas y habilidades. Por su parte, si los conductores con expectativas pesimistas son conscientes de lo que pueden controlar, al margen de los factores externos que ya consideran, también mejoraría la prevención de riesgos.

Por lo tanto, los investigadores creen que una evaluación previa de los conductores que se proponen recuperar puntos y una adecuación de los cursos a su perfil es clave para incrementar la efectividad de esta formación.

A través de una convocatoria pública, este mismo equipo de investigación ha conseguido una subvención de la DGT para desarrollar un nuevo proyecto en 2016. En este caso se trata de analizar el consumo de alcohol unido a una gran cantidad de estímulos, lo que los especialistas llaman sobrecarga cognitiva.

Al igual que el estudio anterior, también separará entre perfiles de conductores optimistas y pesimistas ante situaciones fáciles y difíciles. La tecnología servirá para extraer conclusiones más precisas, ya que en esta ocasión los investigadores controlarán hacia dónde miran los conductores que realizan la prueba en el simulador gracias a unas gafas que, además de controlar el movimiento de los ojos, sitúan el foco atencional del conductor.

“Veremos qué sucede cuando una persona optimista que consuma alcohol por encima de los límites permitidos para conducir se encuentra ante una situación difícil”, afirma Carlos Hugo Criado del Valle. “Cuando nuestras capacidades cognitivas están mermadas por efecto del alcohol, nuestra atención se centra en un punto y no contempla lo que sucede en el campo periférico, de manera que si en la escena aparece un niño con un balón, se reducen las posibilidades de que el conductor vaya a frenar, porque no lo ve”, agrega.

En este segundo estudio, “analizaremos hasta qué punto una persona optimista es capaz de asumir las limitaciones propias del alcohol o, por el contrario, cree que puede manejar esas situaciones”.

El equipo de investigación de la Universidad de Salamanca ha empezado a colaborar con otros especialistas en seguridad vial, como Fátima Pereira da Silva, del Instituto Politécnico de Coimbra (Portugal), con quien esperan poder analizar los resultados obtenidos. (Fuente: José Pichel Andrés/DICYT)

Fte:http://noticiasdelaciencia.com/