*Información para conductores.

Las averías más comunes en verano se producen en el sistema eléctrico (41,8%), provocadas principalmente por la batería.  Y esto se debe principalmente a que abusamos de ella por culpa de la necesidad más alta de elementos como el aire acondicionado. Por otra parte, el aire acondicionado es el responsable del 35% de las averías que se producen en verano, y es que, el mal uso del climatizador – o uso excesivo- puede provocar problemas como el desgaste de los conductos, roturas del compresor del aire o el mal estado del filtro. Para tratar de prevenir este tipo de avería lo mejor es revisar el sistema antes de salir de viaje y comprobar la carga por si fuera necesario rellenarla, por supuesto, en un taller.

Otra de las averías en los coches más comunes en verano, se producen en el motor. Las altas temperaturas influyen en el rendimiento del motor, que necesita más refrigeracióny el líquido refrigerante se ve más forzado.  Para prevenir que no se dañe, lo mejor es revisar el sistema de refrigeración en frío. Comprobar que el líquido esté entre el mínimo y el máximo y que el depósito no tenga impurezas como aceite u óxido, ya que pueden deteriorar gravemente el coche. También se debe revisar el nivel del aceite del motor con la varilla. Si está por debajo de lo aconsejado puede gripar el motor, y si está por encima, puede ocasionar una avería grave por sobrepresión de aceite en el motor o en el turbo.

Por otra parte, las altas temperaturas que alcanza el asfalto en muchos lugares contribuyen a la degradación de los neumáticos. Para evitar en la medida de lo posible el deterioro excesivo o un reventón, lo principal es asegurarse que el dibujo está en buen estado y que las presiones son las adecuadas según el fabricante. En caso contrario, el riesgo de reventón sube hasta el 60%, el consumo de carburante hasta en un 7%, los neumáticos se desgastan hasta un 15% más y el comportamiento del coche puede ser inestable.

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